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jueves, 8 de marzo de 2012

ELSA SCHIAPARELLI

Es difícil determinar donde acaba la diseñadora y en dónde comienza la artista plástica, pues ambas disciplinas cabalgan juntas en las creaciones de esta visionaria mujer. Pese a ser romana de nacimiento, su trabajo se desarrolla entre Nueva York y París.
En ella hicieron mella, por un lado, la crueldad de su madre, al recordarle durante su infancia y de un modo constante que no era hermosa y las begonias del jardín de la casa familiar, en el cual se inspiró para crear el famoso rosa shocking. 

 En su primera etapa en Nueva York se rodeó de Dadaístas, bohemios y amigas pudientes, que le ayudaron en su andadura como diseñadora.
 A su regreso París, en donde la moda era sólo Alta Costura y estaba capitaneada por mujeres como Vionnet, Lanvin .... y como no, por su gran rival, Coco Chanel, y tras un tiempo en el que trabajaba contratada para otras casas de moda, decide, en 1927, presentar su primera colección llena de prendas de punto tricotadas, que se convertirán en el "no va más". Vogue publica un jersey de punto negro y blanco con una gran lazada, del que se plagiaron miles.





 Poco a poco, sus colecciones adquieren los aires propios de Alta Costura, de lo más lujoso. En este momento, comienza a experimentar con tejidos como el cuero barnizado, el celofán, el plástico, las cremalleras decorativas ... siendo la primera en utilizar el rayón y mezclarlo con tejidos nobles. Crea la famosa falda-pantalón, utiliza las hombreras, los contrastes en sus prendas son inesperados y sus cortes son innovadores. 
 En 1935, inaugura su Boutique en la Plaza Vendôme, donde el estampado reinante es el papel de periódico, inspirándose en los collages de Picasso y Braque; Galliano, hace unos años, confeccionó algo similar.
 Dos años más tarde, Schiaparelli lanza en colaboración con Salvador Dalí, trajes de chaqueta surrealistas y una serie de sombreros-espectáculo: tricornio, boinas y el famoso sombrero-zapato.




 Ha logrado su sueño: unificar la moda y el arte.
 Junto con Perugia realizan zapatos Dadá, Giacometti crea broches para ella, introduce la langosta de Dalí como estampado de un vestido para la Duquesa de Windsor, estampa en telas los rostros de famosos de Hollywood, adelantándose así a la cultura pop. Inventa el desfile de moda-espectáculo, incluye complementos novedosos como las gafas de sol, lencería, bolsos de firma...
Su imaginación no tiene límites!!!.


 Al estallar la guerra regresa a Nueva York, y a su vuelta a París en 1945, a pesar de no haber cerrado su Boutique, aunque está bajo la administración alemana, como otras muchas tiendas en ese momento, Elsa, observa como Christian Dior se ha convertido en el  modisto más prestigioso del momento en la ciudad del Sena, con un estilo sobrio y dominado por un escaso empleo del color, vamos, nada similar al trabajo de Schiaparelli.
 En 1954 decide retirarse, tras varios intentos de continuar, y logrará mantenerse gracias a las ganancias que obtiene de las ventas de sus perfumes. Donó varios vestidos y complementos al Museo de Arte de Filadelfia.

 Muchos diseñadores actuales toman como referente el universo creativo de esta gran artista.















www.schiaparelli.com
www.elpais.com

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